Se dice con frecuencia que a la opinión pública peruana no le interesa la política exterior. Por ejemplo, en el contexto de una campaña previa a una elección presidencial, salvo alguna mención en los planes de gobiernos, lo internacional no es parte importante del debate, demostrando el poco interés del electorado por estos temas. Recuerdo que el 2006, la ratificación del TLC con Estados Unidos fue el único tema de relevancia internacional para Alan García y Ollanta Humala; mientras que el 2011, el futuro del proceso con Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya fue probablemente el gran tema en materia de política exterior. No obstante, esto es relativo. En encuestas realizadas por el Instituto de Opinión Pública de la PUCP se demuestra el interés de la opinión pública nacional por los temas internacionales, el cual obviamente es menor a la atención brindada a la problemática interna, pero existe. 

También se dice que la política exterior es un ámbito de menor importancia que la política doméstica (sobre todo en este tipo de coyunturas). Esta discusión, propia de hace varias décadas atrás, ya fue superada. Solo cabe señalar que durante gran parte de los últimos dos siglos, una de las prioridades del Perú fue delimitar sus fronteras. Esto generó que la relación vecinal sea de vital importancia para la construcción del Estado peruano. No parece ser este, un aspecto de menor relevancia. Además, separar el ámbito interno de lo externo, implica desconocer la interacción que se da entre ambos espacios.

En un mundo globalizado, la relevancia que adquiere el entorno internacional, para las personas como para los países, es cada vez mayor. Por ello, resulta extraño que en el último mensaje del presidente Martín Vizcarra no se haya hecho mención a ningún tema relativo a la política exterior. A diferencia de su primer mensaje del 2018, en las fiestas patrias del año siguiente Vizcarra no realizó referencia alguna a nuestras relaciones internacionales. Salvo algo sobre comercio exterior y el contexto internacional, la vinculación del Perú con la región y el mundo estuvo ausente. Este año se ha repetido la figura, lo cual demuestra que su desinterés por lo internacional no es solo producto de la coyuntura. El presidente Vizcarra excluyó incluso los temas de comercio exterior, y solo hizo una referencia al “fortalecimiento del liderazgo del Perú en el mundo", aunque lamentablemente no desarrollo más esta idea.

Si el objetivo del último mensaje era hacer énfasis a la pandemia, existían dos temas en materia internacional que debieron ser parte del mismo:

1. La importancia que adquiere hoy promover una activa diplomacia para hacer frente en forma conjunta con otros países de la región a las consecuencias de la pandemia. El acceso a la vacuna en el futuro cercano va a depender en gran medida de la cooperación que llevemos a cabo y del vínculo que hayamos podido establecer con las potencias mundiales donde se producen dichos medicamentos. Asimismo, considerando que el mundo va a quedar expuesto a situaciones similares de carácter global (que no solo son de origen sanitario), impulsar el multilateralismo a nivel regional y mundial (hoy en crisis) resulta fundamental. Organizaciones como la OMS deben tener un papel cada vez más importante.

2. El rol que ha asumido nuestra diplomacia en ayudar a los peruanos en el exterior. No solo tratándose de aquellos que se han quedado varados sin poder regresar al país producto del cierre de los aeropuertos, sino de los casi cuatro millones de compatriotas que viven afuera del país y que se pueden ver afectados por la pandemia Si bien queda mucho por hacer y los presupuestos son reducidos (todavía existen peruanos y peruanas que no han podido regresar al país, el Canciller Mario López se refirió el otro día a 7 mil peruanos), el trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores ha sido rescatable. Resulta extraño que luego del debate que hubo el último año en relación al voto de los peruanos en el exterior, nuevamente nuestros compatriotas queden invisibilizados.

A esto habría que añadirle lo fundamental que va a resulta recuperar la tan afectada imagen del país luego de la pandemia. A pesar de las duras medidas tomadas por el gobierno, el Perú va a quedar en los registros como uno de los países más afectados a nivel mundial. La imagen de un país que crecía más que cualquier otro país de América Latina, va a ser superada por la imagen de un país con graves problemas estructurales dignos de cualquier país subdesarrollado.

Finalmente, hay temas con contenido internacional que han sido parte del debate público en tiempos recientes, que bien el presidente Vizcarra pudo haber mencionado, como la posición del gobierno peruano frente al Acuerdo de Escazú (de gran importancia en materia medioambiental) y en relación a las próximas elecciones a la presidencia del BID; así como, respecto al papel que tendrá el Perú en el Grupo de Lima, más aun considerando el liderazgo que ejerció en algún momento en los últimos años. Luego de lo visto el 28, todo esto parece mucho pedir.

(Ilustración: pqs.pe)