Este 11 de abril vamos a votar por presidente, congresistas y parlamentarios andinos. Pero, ¿cuál es la importancia del Parlamento Andino? En general, no se conoce bien la utilidad de este órgano de la Comunidad Andina (CAN), de ahí la crítica. Es más, en algunos casos existe el temor que termine sirviendo para que los congresistas que no pueden reelegirse, mantengan su inmunidad parlamentaria.

Conformado por cinco representantes de cada uno de los países miembros de la CAN, además de Chile (que sin ser miembro pleno de la CAN se incorporó al Parlamento Andino el 2014), el Parlamento Andino tiene como objetivo promover y velar por la marcha de la integración andina. Lamentablemente, siendo en teoría un órgano deliberativo y de control (características básicas de cualquier legislativo en el mundo), el Parlamento Andino se pronuncia principalmente a través de recomendaciones tanto a los órganos que conforman el Sistema Andino de Integración como a los países miembros. Sus decisiones y resoluciones son solo para fines administrativos u operativos.

El profesor de Derecho Internacional de la PUCP, Gattas Abugattas, señala que los procesos de integración, incluso aquellos que evidentemente pueden encontrarse estancados como la CAN, deben “hacer ensayos y previsiones para tener, en el futuro, instituciones que respondan a las necesidades de dicha integración”. En tal sentido, si bien aún el Parlamento Andino no puede cumplir con su rol legislativo, este tipo de órganos pueden crearse “con anticipación para que en una primera etapa de su vida, quizá no tan relevante en el plano jurídico-político, se puedan detectar y corregir fallas estructurales o funcionales”.

No obstante, a pesar de la relevancia de su creación como parte del proceso de integración, no cabe duda que han pasados varias décadas desde el surgimiento de la CAN en 1969 (antes conocida como Pacto Andino) y no se vislumbran grandes avances. Y es que, siguiendo lo señalado por el Neofuncionalismo, resulta lógico que un órgano como el Parlamento Andino no pueda cumplir con su labor legislativa, puesto que, para ello, primero la CAN debería haber desarrollado exitosamente el proceso de integración en ámbito funcionales, lo que no ha sucedido. En otras palabras, ¿cómo esperar que exista un órgano legislativo supranacional, con todo lo que esto puede significar para los países, si la CAN no ha podido avanzar en la integración en temas como salud y educación? Para el Neofuncionalismo, la construcción de supranacionalidad se construye sobre una base en materia de integración, que tratándose de la CAN, a diferencia de lo que sucede en la Unión Europea, es muy débil. El hecho que el Consejo Presidencial Andino, máximo órgano de la CAN, se haya reunido en pocas ocasiones en la última década, refleja el poco interés y la poca voluntad de los países andinos por profundizar la integración.

En todo caso, mientras exista la obligación debemos elegir a nuestros representantes ante dicho órgano. En el Perú elegimos por sufragio directo y universal a nuestros representantes. Me imagino que la idea es darles algún nivel de legitimidad y representatividad a los llamados parlamentarios andinos, aunque en la práctica esto no suceda. De todas formas, al acudir a votar este 11 de abril, deben hacerlo por candidatos que realmente entiendan para qué sirve el Parlamento Andino y cuáles son sus limitaciones, pero sobre todo que propongan impulsar la integración andina, de lo contrario, pueden estar votando por alguien que busca aprovechar el cargo y vivir a expensas del Estado. Partido político que no priorice la integración andina en su plan de gobierno no debería contar con representantes en el Parlamento Andino, así de simple.